Las emociones y los sentimientos son un mundo altamente complejo, que indagar en ellos podría ayudarnos a determinar nuestra felicidad.
Para poder aprender a manejar nuestras emociones, primero necesitamos conocer los aspectos de nuestro ser que debemos controlar. Para un crecimiento personal, debemos aprender a mantener en equilibrio nuestro cuerpo, mente y alma, y así sentirnos en plenitud.
El Cuerpo: Es nuestro físico, es el vehículo desde donde vivimos. Si no mantenemos el equilibrio de nuestro cuerpo es probable que tengamos dificultades para desenvolvernos en ciertas situaciones, simplemente porque no responde.
La Mente: La máquina que cree que lo sabe todo y que nos cuesta hacer callar. Cuando aprendemos a mantener un equilibrio con ella, haciendo que haga lo que necesitamos y no lo que ella dicta, podemos desarrollar ese mundo que llaman creatividad.
Las Emociones: Son el indicador de nuestras vivencias, son las que nos hacen saber lo que nos gusta y lo que no. A veces nos impulsan a actuar, por eso debemos aprender a reconocerlas y así saber transformarlas en algo que nos favorezca. Sentir las emociones nos ayuda a conocer, contagiarnos de las buenas emociones, nos hace sentirnos bien.
El Espíritu: Es nuestro verdadero ser. La conexión con lo que realmente somos antes de nacer, y la esencia de la vida.
Estos cuatro aspectos son como cuatro patas de una silla, si nos enfocamos en mantener el peso en sólo una de ellas, perdemos el equilibrio, ya que para funcionar plenamente deben actuar en sintonía unas con las otras.
El Crecimiento Personal es lograr trabajar todas de una forma integral, donde no hay una que sea más importante que la otra, y desde donde podemos actuar de manera más equilibrada en nuestra vida.