Bebe más agua: Al menos 2 litros diarios. Lo mejor es beberla al natural, fuera de las comidas y repartidas a lo largo del día.
Haz ejercicios: Cuando llevamos una vida sedentaria, trabajamos todo el tiempo sentados en un escritorio y no hacemos ejercicios, el funcionamiento intestinal se hace más lento, se alarga el intervalo de evacuación, acumula gases y las heces se endurecen. Realiza cualquier ejercicio, al menos por 30 min diarios.
Respeta la rutina: Tu intestino también se educa y se acostumbra a ir al baño a ciertas horas. Intenta ir al baño al menos una vez al día, siempre a la misma hora por un tiempo no más largo a 10 minutos.
Come despacio: tritura los alimentos con tus dientes para que puedan ser mejor procesados en el estómago.
Plantas laxantes: Luego de las comidas, bebe algunas infusiones que te ayudan contra el estreñimiento como la manzanilla, el orégano, cilantro, menta, cedrón.
Aumenta el consumo de fibra: Mantiene las heces hidratadas y blandas, lo que le permite un tránsito suave por el intestino. Consume vegetales, panes y cereales integrales, salvado de trigo, frutas.
Consume ciruelas por la mañana, por su efecto laxante.
No abuses de los laxantes: Úsalos sólo si tu médico te lo ha recetado y recurre a ellos sólo en casos de emergencia. Si se usan mal, éstos pueden causar contraindicaciones no esperadas en tu organismo.
Evita el estrés: Las situaciones estresantes pueden causar bloqueo en la evacuación.
Descansa las horas necesarias. Tu cuerpo necesita dormir al menos 8 horas.
Revisa tus hábitos alimenticios, tu forma de vida y reconsidera cuidar tu intestino, así él será amable también contigo.